Hunter Biden [hijo del candidato demócrata a la presidencia de los EE. UU.] persiguió lucrativos acuerdos que involucraban a la mayor compañía de energía de China – manifestando que sería “interesante para mí y mi familia”, según correos electrónicos obtenidos por el medio The New York Post.
Un correo electrónico fue enviado a Biden el 13 de mayo de 2017, en que el ‘asunto’ ponía “Expectativas” y en el texto incluía detalles de “paquetes de remuneración” para seis personas involucradas en una empresa comercial no especificada.
Biden fue identificado como “presidente/vicepresidente dependiendo del acuerdo con el CEFC”, una aparente referencia al antiguo conglomerado con sede en Shangai, CEFC China Energy Co.
Su precio se fijó en “850” y el correo electrónico también señalaba que “Hunter tiene algunas expectativas en la oficina que piensa elaborar”.
Además, en el correo electrónico se esbozaba un “acuerdo provisional” en virtud del cual el 80% del “capital social”, o las acciones de la nueva empresa, se repartirían en partes iguales entre cuatro personas cuyas iniciales correspondían al remitente y tres destinatarios, y la “H” al parecer, se refería a Biden.
El trato también incluía “10 Jim” y “10 sostenido por H, ¿tal vez se refería al tipo grande?”
Pero ni Jim ni el “tipo grande” fueron identificados nunca.
El autor del correo electrónico, James Gilliar, de la firma internacional de consultoría J2cR, también señalaba: “Estaría encantado de comentar cualquier detalle a Zang si hubiera deficiencias”.
“Zang” parecía hacer referencia a Zang Jian Jun, ex director ejecutivo del CEFC en China.
En el contenido del correo electrónico hay un montón de datos que el propietario de un taller de reparación de ordenadores en Delaware dijo, que había extraído de otro ordenador portátil MacBook Pro, que le habían dejado en abril de 2019 y que nunca vinieron a buscar.
El ordenador fue incautado por el FBI, y una copia de su contenido -hecha por el dueño de la tienda- fue compartida con The Post esta semana por el exalcalde Rudy Giuliani.
Otro correo electrónico – enviado por Biden como parte de una cadena del 2 de agosto de 2017 – hacía mención a un acuerdo que llegó con el ya desaparecido presidente del CEFC, Ye Jianming, por la mitad de la propiedad de un holding que se esperaba que proporcionara a Biden más de 10 millones de dólares al año.
Ye, que tenía vínculos con el ejército chino y el servicio de inteligencia, no ha sido visto desde que fue detenido por las autoridades chinas a principios de 2018, y el CEFC se declaró en bancarrota a principios de este año, según los informes.
Biden escribió que Ye había endulzado los términos de un contrato de consultoría tres años atrás con el CEFC donde decía que iba a pagarle 10 millones de dólares anuales “sólo por las presentaciones”.
“El presidente cambió ese acuerdo después de mi traslado de MIAMI, a un arreglo mucho más lujoso y duradero para crear una sociedad de cartera con un 50% de propiedad mía y un 50% de propiedad suya”, escribió Biden.
“Los honorarios de consultoría son una parte de nuestro flujo de ingresos, pero la razón por la que esta propuesta del presidente fue mucho más interesante para mí y mi familia, es que también seríamos socios en [sic] el capital y las ganancias de las inversiones de la JV [empresa conjunta]“.
Una foto fechada el 1 de agosto de 2017 muestra un diagrama de flujo escrito a mano por la propiedad de “Hudson West” dividida al 50/50 entre dos entidades controladas en última instancia por Hunter Biden y alguien identificado como “presidente”.
Según un informe sobre las relaciones comerciales de Biden en el extranjero, publicado el mes pasado por los senadores Ron Johnson y Chuck Grassley, una compañía llamada Hudson West III abrió una línea de crédito en septiembre de 2017.
Las tarjetas de crédito emitidas contra la cuenta fueron utilizadas por Hunter, su tío James Biden y la esposa de James, Sara Biden, en compras de más de 100.000 dólares “en artículos exuberantes que incluían billetes de avión y múltiples artículos en tiendas, farmacias, hoteles y restaurantes” decía el informe.
La compañía ha sido disuelta desde entonces, y el bufete de abogados de Hunter Biden, Owasco PC, era uno de los dos propietarios, según el informe.
El correo electrónico de Biden fue enviado a Gongwen Dong, a quien el Wall Street Journal, en octubre de 2018, relacionó la compra por parte de las empresas vinculadas a Ye, de dos apartamentos de lujo en Manhattan que costaron un total de 83 millones de dólares.
Dong, que posee una enorme mansión en Great Neck, ha sido identificado en los informes como director financiero del Grupo Kam Fei, una empresa de inversiones con sede en Hong Kong.
Los documentos obtenidos por The Post también incluyen una “carta de compromiso con el abogado” ejecutada en septiembre de 2017 en la que uno de los principales responsables de Ye, es el exfuncionario del gobierno de Hong Kong Chi Ping Patrick Ho, quien acordó pagar a Biden un anticipo de 1 millón de dólares por “asesoramiento en asuntos relacionados con la ley de EE. UU. y asesoramiento relativo a la contratación y análisis jurídico de cualquier bufete de abogados o abogado de EE. UU.”.
En diciembre de 2018, un jurado federal de Manhattan condenó a Ho en dos ocasiones a pagar 3 millones de dólares por sobornar a funcionarios gubernamentales de alto rango en África, en concepto de derechos petroleros en el Chad y otros lucrativos negocios en Uganda.
Ho cumplió una condena de tres años de prisión y fue deportado a Hong Kong en junio.
Ni el abogado de Biden, ni la campaña de Joe Biden, ni los abogados de Gilliar, Dong o Ho, respondieron a las solicitudes de comentarios, pero el abogado de Biden manifestó: “No hay necesidad de responder nada a ninguna supuesta información proporcionada por Rudy Giuliani”.
“Ha estado impulsando teorías de conspiración ampliamente desacreditadas sobre la familia Biden, confiando abiertamente en actores vinculados a la inteligencia rusa. Su historial de deshonestidad en estos asuntos habla por sí mismo”, añadió el abogado George Mesires.
Autores: Emma-Jo Morris y Gabrielle Fonrouge
Este artículo fue originalmente publicado en New York Post el 15 de octubre de 2020
